La leyenda |
Seguramente alguna vez en tu vida te has preguntado "¿Por qué nuestro pueblo se llama El Oso?", puede que alguien te haya podido contestar, o puede que no. En este poema encontrarás la repuesta a tu pregunta, el poema lo he sacado de un viejo libro de historias y versos de la moraña que conservaba mi abuela.
Otro nombre a mí me intriga. Con espasmos de medroso. Y ruegas del viejo añoso. A trazar con mano amiga. Los orígenes del oso. Escucha, pues, lector, a la conseja. Un oso Astur de la montaña baja. Rebasa el Duero y Castilla la Vieja. Llegando hasta los montes del Adama. Donde brama con furia y se acoraza: Las gentes le persiguen con acero. Viviendas y poblados él destruye. De flecha pertrechados los arqueros. Le siguen por doquier, y doquier huye. Por cerros, laderales y senderos. De un pueblo las valientes gentes mozas. Validas del puñal y la escopeta. Defienden sus moradas y sus chozas. ¡Hurra! Moraña ¡Hurra!...Id a la meta! ¡Surja el valiente!...Láncese el atleta... Si: Que por fin un bravo y diestro mozo. A brazo descubierto hacía él se arroja. Le parte el corazón, donde remoja. Los filos y la faz con saña y gozo. Y escribe la victoria en tinta roja. El trágico suceso yo contemplo. En un oso de piedra, viejo, añojo, que marca a las edades el ejemplo. antes puertas del severo templo. del que vino a llamarse luego “EL OSO”. ¿Cuál y de dónde vino aquella fiera? ¿Quién y apellido del matón valiente? --La misma tradición parla elocuente- Marcada está la raza; de manera. Que no hay más que mirarla frente a frente: La talla de los hombres de esta aldea, Fornida y gigantesca en porte y talle. Se exalta por si misma en todo el valle, Del que asaz fanfarrón enseñorea. ¿Es del Oso el varón?...¡¡Que le abran calle!! Es rudo su aspecto, su cara asperota; Sus juegos la barra, la calva y pelota, su industria es el campo, arado y esteva; su trato es sencillo(sino se subleva) (se irrita, se obceca, o fiera alborota. ) Y aquel oso, el Astur que cruel destroza; Y que de fama en la Calas goza, Cuya visión y nombre aún horripila... Al fin le remató su gente moza. |